El reinado y extenso campo de acción del CD4069B estuvo siempre en los circuitos lógicos. En un único encapsulado se podían almacenar hasta seis circuitos inversores de señal lógica y los precios irrisorios a los que llegaron a caer estos componentes, catapultaron aún más su proliferación en circuitos de control electrónico, donde la lógica dictaminaba el funcionamiento. “Si – No”, “1 – 0”, “Verdadero – Falso”.